MARTES de la VII SEMANA DE PASCUA, (Tercera Semana del Salterio)
En la lectura de los Hechos, Pablo se despide de los presbíteros de Éfeso. Las palabras que les dirige son conmovedoras. Son palabras de despedida, revestidas de seriedad, dictadas desde el corazón. Palabras que contienen todos los sentimientos del apóstol, también sus convicciones más íntimas. Los ama realmente, son sus “presbíteros”. Ellos ya no volverán a ver su rostro, pero les deja su herencia: su obra evangelizadora. Él se va a Jerusalén, encadenado por el espíritu. No sabe cómo será su futuro, pero tiene dos certezas: la primera, que vaya donde vaya, le aguardan cadenas y tribulaciones; y la segunda, aún más impresionante: Para mí no me importa la vida, sino completar mi carrera y consumir el ministerio que recibí.
En el Evangelio, a lo largo de estos tres días consecutivos, vamos a poder escuchar la llamada “oración sacerdotal” de Jesús, con la cual termina el extenso bloque de la conversación de Jesús en la Cena. Los Padres ya observaron el valor consagratorio de dicha oración. Jesús levanta los ojos al cielo, como en la multiplicación de los panes (Jn. 11, 41), y se dirige solemnemente al Padre por él, por los hermanos y por todo el pueblo santo. Lo hace en la primera Cena, madre de toda Cena (eucarística). Así será siempre. Es el Señor quien, como pontífice, se dispone a entrar en el santuario del Cielo (el Padre mismo) con el sacrifico de la sangre y con el olor suave de incienso (Ef. 5, 2). La santidad divina, por la ofrenda de Jesús, será comunicada al mundo. Debemos escuchar con mucha reverencia la “Oración Sacerdotal” de Jesús: es su anáfora sobre nosotros. Continua el salmo 67 con la misma antífona: Reyes de la tierra, cantad al Señor.
El Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que yo os he dicho -dice el Señor-. Aleluya.
(Jn. 14, 26)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (Hch. 20, 17-27)
«Completo mi carrera y consumo el ministerio que recibí del Seño Jesús»
& Salmo Responsorial (67)
«Reyes de la tierra, cantad a Dios»
X Lectura del evangelio según san Juan. (Jn. 17, 1-11a)
«Padre, glorifica a tu Hijo»