jueves, 24 de junio de 2021

Lecturas del día 24 de junio de 2021

JUEVES DE LA XII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)


EUCARISTÍA DE LA

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD

DE SAN JUAN BAUTISTA



Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan, éste venía para dar testimonio de la luz y preparar para el Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.

(Jn. 1, 6-7; Lc. 1, 17)


¡Paz y bien!


        Juan, hijo de Zacarías, de familia sacerdotal, el Precursor, debe ser visto como el dedo que señala de manera permanente al Señor: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn. 1, 29). El Mesías es quien asume los pecados de todos los hombres y mujeres sin haberlos cometido, los lleva a la cruz, y allí los destruye. El profeta Juan es quien invita a todas las gentes a ser discípulos del señor. Juan Bautista es también quien recupera todo el Antiguo Testamento y se lo entrega a Jesús, el Señor. Él es la voz de la Palabra, resplandor de esa Luz y amigo del Esposo. Él, como María, anuncia el misterio de la Iglesia predicando al Señor, no a él mismo: es el Señor quien debe crecer. Es pertinente, pues, que se celebran ambos nacimientos, el de Juan y el de María -que en el iconostasio oriental forman la Déisis (suplica)-. Ambas figuras flanquean la imagen del Pantocrátor, presidiendo la intercesión del Antiguo y del Nuevo Testamento.

        Su nacimiento pertenece ya a los misterios de la encarnación del Señor y nos introduce en su grandeza. La tradición de todas las Iglesias celebra de manera muy solemne la Natividad de Juan, el Bautista: “su nacimiento fue motivo de gran alegría”, como canta el Prefacio de hoy. En el rito bizantino es una gran fiesta importante y se celebra con una gran vigilia nocturna. La fecha de la Navidad del Precursor se escogió con la relación a la Navidad de Jesús (seis meses antes). Todas estas fechas están relacionadas con el 25 de marzo. No se puede mostrar en la historia de la liturgia que estas celebraciones dependen del solsticio de invierno y de primera, como algunos sostienen.

        El Prefacio propio es un bellísimo comentario a las lecturas de hoy y expresa excelentemente la misión del Precursor. Toda su vida fue entregada a Cristo, sin disfrutar de su presencia. Lo hizo en la oscuridad de la fe. Se cumple aquello que él ya anunció: Es necesario que él crezca, y que yo disminuya (Jn. 3, 30). Juan dio testimonio de Jesús desde antes de nacer (en el seno de Isabel) hasta su martirio cuando “mereció darle el supremo testimonio derramando su sangre”. La liturgia aplica la vocación de Isaías a su persona: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. El salmo también se aplica a Juan: Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. En el Evangelio escuchamos el gozo y el estupor que su nacimiento provocó en los habitantes de la montaña de Judá y que llena de alegría a toda la Iglesia.


& Lectura del libro del profeta Isaías. (Is. 49, 1-6) 

«Te hago luz de las naciones»


& Salmo Responsorial (138) 

«Te doy gracias porque me has escogido portentosamente»


& Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (Hch. 13, 22-26) 

«Juan predicó antes de que llegara Cristo»


X Lectura del evangelio según san Lucas. (Lc. 1, 57-66. 80) 

«Juan es su nombre»


Pulse aquí para leer todas  las lecturas del día, gracias...

Lectura del día

Pulse aquí para leer todas  las lecturas del día, gracias... Pulse aquí para leer el Compromiso del día... Pulse aquí para oír todas las lec...