VIERNES DE LA II SEMANA DE PASCUA, (Segunda semana del salterio)
Gamaliel alerta a los miembros del sanedrín con un argumento ad hominem: hay que dejar que la historia confirme el caso de Jesús de Nazaret. No sea que luchen contra el Altísimo: os expondríais a luchar contra Dios. Gracias a esta intervención, los apóstoles son liberados. Pero antes son castigados (flagelados como su Señor) y amonestados con la severa prohibición de predicar sobre Jesús. Sin embargo, obstinadamente, continúan anunciando el Evangelio de Jesucristo. Ningún día dejaban de hacerlo en el templo y en las casas.
En el evangelio se proclama la multiplicación de los panes, que introduce el “discurso del Pan de vida”, que escucharemos la próxima semana. La Eucaristía es prefigurada y las doce canastas que sobran significan la sobreabundancia del amor de Dios. También el pan (la Eucaristía) que los discípulos repartirán cuando el Señor no esté presente, no será su pan, sino el Pan que el Señor da.
Cristo nuestro Señor fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Aleluya.
(Rom. 4, 25)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (Hch. 5, 34-42)
«Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.»
& Salmo Responsorial (26)
«Una cosa pido al Señor: habitar en su casa»
X Lectura del evangelio según san Juan. (Jn. 6, 1-15)
«Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron»