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Lecturas del día
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JUEVES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)
FIESTA
DE SANTA MARÍA MAGDALENA
(2 Cor. 5, 14-15)
¡Paz y bien!
Con
gran acierto, el Papa Francisco ha elevado la memoria de santa María Magdalena
al rango de fiesta. Ella es el primer testigo de la resurrección y la tradición
de Occidente la llama apostola apostolorum (la apóstol de los apóstoles)
y la del Oriente isapóstolos (“igual a los apóstoles”). El Papa ha
enriquecido la eucología ncon un Prefacio propio. La Misa y el
Oficio Divino están impregnados de la alegría pascual.
Más allá de los problemas de identificación con las diversas mujeres que en la sinopsis y en el IV Evangelio llevan el nombre de María, queda claro que ella fue testigo de cerca de la pasión y sepultura del Señor, así como también de la gloria de su resurrección. La fe, en el Nuevo Testamento, es recibida y divulgada principalmente por las mujeres, tanto en el advenimiento del Mesías (Isabel, la Bienaventurada Virgen María, Ana) como en la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor. Las mujeres -fieles hasta el final- en contraste con los discípulos -que lo abandonaron-. Entre ellas, y la primera, María Magdalena. Ella inicia una lista innumerable de mujeres que aparecen en el Nuevo Testamento y que siguen en la vida y en la historia de la Iglesia. Ellas, junto -y de manera particular y única- con la Bienaventurada Virgen María, se convierten en un paradigma del seguimiento de Jesús y recuerdan que la Iglesia es “esposa y madre” (Papa Francisco, homilía del 21 de mayo de 2018 en la capilla de Santa Marta). Celebramos con alegría (el gozo pascual) la fiesta de santa María Magdalena, que buscó y amó al Señor y contempló la belleza de su rostro.
La epístola muy adecuada: María Magdalena, que sólo cede3 en gloria a la Madre de Dios, conoció a Cristo en su humanidad glorificada; si lo conoció en la carne, ahora ya no lo conoce más así, sólo lo puede conocer glorificado en su resurrección. Para ella, Cristo ya no es el Maestro que contempló crucificado y sepultado, ahora para ella es “el Señor”, que ha visto resucitado. La resurrección del Señor es para María Magdalena (como para toda la Iglesia) un cambio abrupto e inimaginable. De repente, todo ha cambiado: Él vive.
El salmo 62 (Oh Dios, tú eres mi Dios) expresa el deseo de la Esposa (la Iglesia), que quiere contemplar el rostro del Esposo, su Señor. El primer verso del salmo, por ti madrugo, evoca el claroscuro de la madrugada de Pascua, cuando María Magdalena va al sepulcro. Es allí donde el Señor la llama por su nombre y ella lo reconoce. El Resucitado la insta a no retenerle, porque, subiendo al Padre, él ya pertenece a todos, pertenece a sus hermanos (es la única vez que el Señor llama a los discípulos hermanos). A ellos debe ir a anunciar lo visto y dicho por el Señor. Así ella se convierte en “apóstol de los apóstoles” (apostola apostolorum), la primera en anunciar a Cristo resucitado.
& Lectura del libro del Cantar de los Cantares. (Cant. 3, 1-4b)
«Encontré el amor de mi alma»
& Salmo Responsorial (62)
«Mi alma está sedienta de ti, Dios mio»
X Lectura del evangelio según san Juan. (Jn. 20, 1-2. 11-18)
«Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?»
MIÉRCOLES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Aleluya.
(Sal. 99, 1-2)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 16,1-5.9-15)
«Yo haré llover pan del cielo»
& Salmo Responsorial (77)
«El Señor les dio un trigo celeste»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 13, 1-9)
«Cayó en tierra buena y dio grano»
MARTES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor, dice el Señor.
(Jn. 15, 9)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 14, 21 – 15, 1)
«Los hijos de Israel entraron en medio del mar, en lo seco»
& Salmo Responsorial (Éx. 18, 8-17)
«Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 12, 46-50)
«Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos”»
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LUNES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)
Padre santo, santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Cómo tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo -dice el Señor.
(Jn. 17, 17-18)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 14, M5-18)
«Así sabrán que yo soy el Señor, cuando me hayan cubierto de gloria a costa del faraón»
& Salmo Responsorial (Éx. 15, 1-6)
«Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 12, 38-42)
«Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará»
DOMINGO DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Cuarta Semana del Salterio)
Estoy a la puerta llamando -dice el Señor-: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos.
(Ap. 3, 20)
¡Paz y bien!
Domingo del rebaño sin pastor.
Así califica Jesús a la gente que le sigue y, a su vez, se declara a sí mismo como pastor enviado por Dios para reunir y cuidar amorosamente a su pueblo. Por él debe agotarse y darse hasta el extremo, incluso sin poder descansar. Jesús se entregará a sí mismo hasta el extremo en la Cruz. Esto contrasta con los malos pastores que Jeremías denuncia con duras palabras al principio de su oráculo (primera lectura). Jesús realizará el designio de Dios, como vástago legítimo de David que reúne las ovejas dispersas. Con razón el salmo no puede ser otro sino el célebre; El Señor es mi pastor, nada me falta. Si con él (el Señor) nada le falta, con Él lo tiene todo.
Así, pues, vemos como la figura de Cristo
como Pastor del Pueblo de Dios es el centro de la liturgia de hoy. En él se
cumple la profecía de Jeremías (primera lectura): “Yo mismo reuniré al resto
de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé”. Cristo, en su vida,
ya fue Pastor siendo cercano a la gente (cf. Evangelio). Y mediante la cruz,
uniendo en uno solo a los pueblos -judíos y gentiles-, dio muerte al odio
(segunda lectura). Un solo rebaño y un solo pastor. Esta realidad espiritual se
hace presente en la Iglesia de la que están llamados a formar parte todos los
pueblos y en la que Cristo Pastor se hace presente especialmente a través del
sacerdocio ministerial.
& Lectura del libro del profeta Jeremías. (Jer. 23, 1-6)
«Reuniré el resto de mis ovejas, y les pondré pastores»
& Salmo Responsorial (22)
«El Señor es mi pastor, nada me falta»
& Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. (Jer. 2, 13-18)
«Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno»
X Lectura del evangelio según san Marcos. (Mc. 6, 30-34)
«Andaban como ovejas que no tienen pastor»
SÁBADO DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Tercera Semana del Salterio)
Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su esclava.
(Lc. 1, 48)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 12, 37-42)
«Fue la noche en la que el Señor sacó a Israel de la tierra de Egipto»
& Salmo Responsorial (135)
«Porque es eterna su misericordia»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 12, 14-21)
«Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo dicho por el profeta»
VIERNES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Tercera Semana del Salterio)
MEMORIA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO
Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su esclava.
(Lc. 1, 48)
¡Paz y bien!
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, montaña en la que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviera a dar culto al Dios vivo y donde, siglos más tarde, algunos cruzados, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen en el transcurso del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa y apostólica, que tiene como patrona y protectora a la “Señora del lugar”. La escritura celebra la belleza de la montaña del Carmelo, una belleza que la Iglesia contempla en María, la cual es llamada también Stella maris. San Bernardo predicó: “si soplan los vientos de la tentación, si te arrojan contra las rocas de la tribulación, mira la estrella, invoca a María; si te golpean las olas del orgullo, de la ambición, de la envidia, de la rivalidad, mira la estrella, invoca a María. En caso de que la ira, o la avaricia, o el deseo carnal asalten con violencia la frágil embarcación de tu alma, mira la estrella, invoca a María”. Muchas parroquias costeras la invocan y celebran tal día como hoy.
La Orden del Carmen, en sus dos ramas lozanas (de la Antigua Observancia y Descalza), canta hoy gozosa la Secuencia, atribuida a san Simón Stock: “Flos Carmeli, vitis florígera, splendor caeli, virgo puérpera singularis” (Flor del Carmelo, viña florida, resplandor del cielo y Virgen singular). Es conveniente que las comunidades entonen y canten el Himno: Ave, maris stella.
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 11, 10-12. 14)
«Mataréis un cordero al atardecer: cuando vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros»
& Salmo Responsorial (115)
«Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 12, 1-8)
«El Hijo del hombre es señor del sábado»
JUEVES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Tercera Semana del Salterio)
MEMORIA DEL OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA SAN BUENAVENTURA
Este es el criado fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia para que les reparta la ración a sus horas.
(Lc. 12, 42)
¡Paz y bien!
San Buenaventura nació en 1218 en Bagnoregio (Viterbo, Italia). Entró muy joven en la Orden de los Frailes Menores. Estudió filosofía y teología en París, siendo discípulo de Alexandre de Hales, y se convirtió en maestro de teología. En 1257 fue elegido ministro General de la Orden: gobernó durante diecisiete años en tiempos difíciles. Con razón se llama “el segundo fundador”. Su obra teológica es extraordinariamente profunda y al mismo tiempo fecunda. Es célebre su obra “Itinerario de la mente hacia Dios”. Su espiritualidad, marcada por el sello de Francisco, es profundamente cristocéntrica y al mismo tiempo mariana. Una espiritualidad que deja vislumbrar la experiencia de su corazón, transformado por el amor de Cristo. Activo y simultáneamente profundamente contemplativo, al final de su vida se convirtió en obispo de Albano, onde ejerció con un gran amor pastoral su ministerio. También fue creado cardenal a pesar de su oposición. Murió repentinamente mientras asistía y participaba en el II Concilio de Lyon, el 15 de julio de 1274. Doctor de la Iglesia, es conocido como Doctor seraficus. La tradición del Misal Romano pone su oración Transfige, dulcissime Dominie Iesu entre las oraciones de acción de gracias de después de la Misa.
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 3, 13-20)
«Soy el que soy. «Yo soy» me envía vosotros»
& Salmo Responsorial (104)
«El Señor se acuerda de su alianza eternamente»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 11, 28-30)
«Soy manso y humilde de corazón»
MIÉRCOLES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Tercera Semana del Salterio)
Creedme, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna -dice el Señor.
(Mt. 19, 27. 28. 29)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro del Éxodo. (Éx. 3, 1-6. 9-12)
«El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas»
& Salmo Responsorial (102)
«El Señor es compasivo y misericordioso»
X Lectura del evangelio según san Mateo. (Mt. 11, 25-27)
«Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños»
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