DOMINGO DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Tercera Semana del Salterio)
Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos; tus altares, Señor de los ejércitos, rey y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre.
(Sal. 83, 4-5)
¡Paz y bien!
Domingo del discurso de la misión. Jesús llama a los doce sin ninguna explicación. Éstos no se distinguen por ninguna cualidad especial. Reciben la potestad de anunciar el Reino de Dios y expulsar a los espíritus malignos, cosa que sólo pueden hacer si tienen el Espíritu Santo. Lo suyo no importa, por eso nada deben llevar para el camino ni para realizar su misión. Tampoco se les promete el éxito. Deben predicar el Evangelio sin nada y a cambio de nada. Como Amós, en la primera lectura, que fue expulsado del templo por el poder religioso, también los discípulos si no son escuchados en un sitio, deberán ir a otro. Aquella primigenia misión de los discípulos fue como una especie de ensayo general de la misión que vendrá después.
En la segunda lectura escuchamos el gran himno de la carta de los Efesios, cantado como himno en los lunes feriales y en muchas fiestas en Vísperas. En la oración colecta se pide: “Concede a todos los que se profesan cristianos rechazar lo que es contrario a este nombre y cumplir cuanto en él se significa”.
& Lectura del libro del profeta Amós. (Am. 7, 12-15)
«Ve, profetiza a mi pueblo»
& Salmo Responsorial (84)
«Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación»
& Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. (Ef. 1, 3-14)
«Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo»
X Lectura del evangelio según san Marcos. (Mc. 6, 7-13)
«Los fue enviando»