MARTES DE LA IX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (Primera Semana del Salterio)
MEMORIA DE SAN JUSTINO, MÁRTIR
Pertenece a la generación subapostólica:
gracias a él tenemos datos precisos de la vida y de las celebraciones
cristianas de los primeros tiempos de la Iglesia. Había nacido en Nablus
(Palestina) y se dedicó a la filosofía pagana. Era un hombre que buscaba a Dios
sinceramente. Él mismo explica el misterioso encuentro con un anciano en una
playa solitaria a quien explicó su preocupación. El anciano le dijo: “el hombre
no encuentra a Dios por el esfuerzo del pensamiento, sino por la gracia”. Y le
invitó a la oración: “Tú reza ante todo para que se te abran las puertas de
luz, pues nadie puede ver ni comprender, si dios y su Cristo no le conceden
comprender” (Diálogo con Trifón VII, 3).
Convertido al cristianismo, en diversos lugares y finalmente en Roma ejerce como apologeta de la fe y filosofías cristianas. Quiere defender y presentar la fe en Cristo como plenitud de la sabiduría humana. Escribe las celebres dos Apologías y el Diálogo con Trifón. En la Urbe establece una escuela de filosofía cristiana para catecúmenos y gente que quería conocer el cristianismo. Allí muere mártir en el año 165. Las Actas se consideran auténticas y su culto es antiguo. San Justino es portavoz de una Iglesia que sale al encuentro del mundo, quiere dialogar positivamente con él y quiere de manera progresiva y paciente instruirle en el Evangelio del Señor. El Papa Benedicto XVI le dedicó una bella catequesis el día 1 de junio del año 2015. San Justino, laico, es el más grande los Padres apologéticos del siglo II.
Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
(1 Cor. 2, 2)
¡Paz y bien!
& Lectura del libro de Tobías (Tob. 2, 9b-14)
«Permanecí sin ver»
& Salmo Responsorial (111)
«El corazón del justo está firme en el Señor»
X Lectura del evangelio según san Marcos. (Mc. 12, 13-17)
«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»